Los organizadores de una exposición conmemorativa del centenario de Luis Buñuel, abierta en el centro de estudios lorquianos de Fuente Vaqueros (Granada), representaron ayer, con ayuda de unas ovejas, una escena de surrealismo vivo en el acto de la inauguración oficial. En un momento dado, después de que un coro interpretará un fragmento de El Mesías de Haendel, y mientras se proyectaban unas famosas escenas de El ángel exterminador, un pastor con sus animales irrumpió en el centro. Al menos ese fue su propósito, que consiguió a medias.
Los organizadores no contaron con la terquedad del rebaño que entró sólo en parte y resbalando sobre el mármol. Esta circunstancia, lejos de arruinar la escena ideada por el director del museo natal de Lorca, Juan de Loxa, añadió más sugerencias visionarias al más puro estilo del director aragonés.
Con posterioridad, para rematar el homenaje de referencias cruzadas a Buñuel, los organizadores sirvieron a los asistentes un refresco con buñuelos con cabello de ángel (¿exterminador?). El acto de apertura de la exposición estuvo a la altura de su contenido. Además de la correspondencia de Buñuel y Lorca y varios tambores de Calanda, la exposición contiene una inquietante instalación del pintor Alejandro Gorafe compuesta de fetiches relacionados con la poética de Buñuel: una pierna ortopédica, un tricornio, una cruz, una navaja barbera, una cámara de proyecciones y una fotografía de Man Ray. La exposición, titulada Buñuel sin edad, podrá visitarse hasta el mes de marzo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 22 de febrero de 2000