Acaba de cumplir 21 años y después de pasar los últimos ocho en Málaga y Cádiz, el último pensamiento de Samir Maksumic (Bosnio-Herzegobino) es volver a su ciudad natal, Mostar, de donde huyó porque los croatas ocuparon su casa. Estudia Relaciones Laborales en Cádiz y su ejemplo como inmigrante de origen musulmán es uno más de discriminación, pero positiva. Es representante de alumnos, delegado de curso, miembro del Claustro, de la Comisión de Docencia, y participa además activamente con Caravana por la Paz para que todos los veranos vengan 200 o 300 niños bosnios con problemas a Cádiz. Incluso ha cantado en el teatro Falla dentro de un coro de Carnaval. Su integración es tal que ya le conocen como el Bosnio de Cádiz.Pregunta. ¿Cómo se ha sentido en Cádiz?
Respuesta. Bastante acogido. No he tenido ningún tipo de problema en mis relaciones con la gente, aunque siempre te encuentras con algún racista que te dice que te vayas para tu país.
P. ¿Cuándo se genera el racismo?
R. Cuando la gente empieza a tener miedo a que le quiten el trabajo. Eso entiendo yo como racismo.
P. ¿Qué ha pasado en El Ejido?
R. Que por culpa de dos o tres marroquíes malos, que no se han querido integrar en el sistema, la mayoría de los inmigrantes han sufrido un episodio lamentable. Pero también hay gente mala en todos los lados y no ha pasado nada de esto.
P. ¿Qué diferencia a los inmigrantes de los distintos países?
R. La diferencia es sobre todo económica y formativa.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 23 de febrero de 2000