Soy natural de Bolivia, barcelonés hace 29 años. Desde que llegué, como todo inmigrante universal, despierto cada día con la idea de volver a mi lugar natal con suficiente experiencia para ello, dejando mi lugar a otro inmigrante. Actualmente existen instituciones y organizaciones que dedican esfuerzo, energías y dinero para procurar mejorar países como el mío. Creo que estas entidades desaprovechan las grandes posibilidades de conocimiento y fuentes de información de la que disponemos los que hemos nacido en el país que ayudan. ¿Por qué estas organizaciones gubernamentales o no, no nos tienen en cuenta para sus "estudios sociológicos", discusiones, proyectos, planes, etcétera? ¿Por qué? En mi experiencia personal, recogí libros sobrantes de Cataluña para crear una biblioteca en Bolivia; solicité orientación y ayuda a Intermon, Bertelsmann y "Libros para el mundo". Dichas entidades me negaron tal ayuda para esta biblioteca, donde acuden más de 3.000 lectores (niños, estudiantes y profesionales). Ante esta situación de impotencia estoy sentenciado a morir como inmigrante. ¿Por qué? Sugiero volver a escuchar la canción Quejío de Elisa Serna, recordar palabras de reflexión sobre este tema a inmigrantes forzados o voluntarios.- Jaime Loayza Porcel. Barcelona.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 23 de febrero de 2000