Los mercados de valores esperaban con inquietud la comparecencia de Alan Greenspan, presidente de la Reserva Federal de EE UU, ante el Comité de Banca del Senado en la que debía confirmar sus anteriores declaraciones sobre el recalentamiento de la economía y la previsible subida de los tipos de interés. Greenspan volvió a ser críptico y sorprendió a todos negando la evidencia inmediata de inflación y asegurando que el crecimiento podría no mantenerse en el segundo semestre, para pasar luego a referirse, no obstante, al peligro de un recalentamiento de la economía.La Bolsa de Nueva York hizo una primera interpretación negativa y llegó a perder 139 puntos. Al cierre, su índice Nasdaq de valores tecnológicos alcanzó un máximo histórico de 4.550,28 puntos, tras subir un 3,84%. El Dow Jones, por el contrario, perdió un 0,77% para quedar a 10.225,73. En Europa, la mayoría de las bolsas se mantuvieron al alza. El índice general de Madrid subió el 1,96%, 21,10 puntos, y se queda a poco más de cuatro del máximo histórico.
El mercado de deuda volvió a mantener una trayectoria contraria a la de la bolsa, en cuanto a los precios, con un descenso que indice que el dinero vuelve a la renta variable una vez despejado, aparentemente, el peligro inmediato de subida de los tipos de interés en Estados Unidos, a menos que la Reserva Federal mantenga su criterio de adelantarse a los acontecimientos y evite el recalentamiento mediante una subida preventiva.
La contratación en el mercado continuo alcanzó los 398.834 millones de pesetas efectivas, 2.397,04 millones de euros, con la habitual concentración y a pesar de que se produjeron altibajos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 24 de febrero de 2000