"Produce vergüenza humana tener grupos minoritarios que pretenden imponer sus aspiraciones por la fuerza", se resumía en el comunicado que se leyó ayer en la plaza Schumann, de Bruselas, antes de los diez minutos de silencio que mil personas guardaron en una concentración convocada por la Coordinadora por la Paz para repudiar los últimos asesinatos de ETA. Los comisarios europeos Loyola de Palacio (PP) y Pedro Solbes (PSOE), participantes en el acto, coincidieron en afirmar que "hay que acabar con las ambigüedades" y que "el basta ya tiene que convertirse en una realidad para siempre"."No se puede admitir que nadie moralmente acepte recoger unas nueces manchadas de sangre que han sido sacudidas a base de bombas, dolor y asesinatos por otros", precisó De Palacio en alusión a antiguas declaraciones de Xabier Arzalluz, el presidente del PNV, a propósito del papel que desempeñan unos y otros en el camino hacia la independencia de Euskadi. "[Los terroristas] sólo pretenden negar la democracia e imponer su dictado a través del crimen y el dolor", concluyó. Por su parte, Solbes corroboró que "éstán creando una situación cada vez más tensa en la sociedad vasca".
Solidaridad internacional
A su vez, el primer ministro británico, Tony Blair, que estuvo en la capital belga en una visita de trabajo a la Comisión Europea, expresó su condena "y la de toda Europa" por la nueva acción terrorista, "algo que no tiene cabida en una sociedad democrática". Blair, que consideró "no apropiado hacer paralelismos" entre la situación en Euskadi y la del Ulster, se solidarizó "con el pueblo español" a través de un telegrama dirigido al presidente del Gobierno, José María Aznar. Su homólogo portugués, António Guterres, hizo otro tanto. El primer ministro francés, Lionel Jospin, y el italiano, Massimo D'Alema, enviaron al secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, sus condolencias y mensajes de condena del atentado.
El grupo Verde-Alianza Libre Europea, en el que se encuentran Josu Ortuondo, eurodiputado del PNV, y Gorka Knörr, de EA, también condenó en una nota el doble crimen etarra, que calificó como "un ataque cobarde" que ignora "el respeto por los derechos humanos" y manifiesta "el mayor desprecio a la voluntad popular".
Precisamente, Amnistía Internacional también insistió en que ETA "infringe los principios humanitarios y los dictados de la conciencia pública de una forma no menos abominable que las violaciones de los derechos humanos cometidas por los Gobiernos cuando torturan o cometen desapariciones y ejecuciones extrajudiciales".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 24 de febrero de 2000