El relevo llega un cuarto siglo después. Iker Casillas, un joven guardameta de San Sebastián, de 18 años, y Francesc Arnau, de 24, saltarán mañana al césped del Bernabéu tomando el testigo que el madridista Miguel Ángel y el azulgrana Mora dejaron perdido en un partido en el que marcaron Pirri y Cruyff (1-1). Eso sucedió en la temporada 1976-77, cuando Iker no había ni nacido y Arnau gateaba en Las Planes (Girona). Nunca hasta ahora habían vuelto a coincidir dos porteros paridos en casa en un Madrid-Barça. El clásico estará mañana en manos de la cantera, tan maltratada en los últimos tiempos, tan aplastada por los fichajes y que se ha reivindicado desde la puerta de atrás en los dos más grandes.Será para los dos su debut en un clásico. El alemán Illgner defendió la portería del Madrid en el partido de la primera vuelta y el holandés Hesp, la del Barça. Arnau estaba en el banquillo, sin imaginar que días después llegaría su momento en Wembley. "Sólo he jugado en el Bernabéu una vez. Fue con el Barça B cuando ascendimos a Segunda. Es un partido con una motivación extra. Es el rival de toda la vida. No estaré más nervioso, pero quizás si haya algo más de tensión", señala el azulgrana, que se enojó en Balaguer, tras el partido de la Copa Cataluña, cuando le preguntaron con insistencia si mañana sería suplente. Son demasiados Madrid-Barça en categorías inferiores como para perderse ahora éste. "Los de la casa lo sentimos más", afirmó comprensivo Casillas. "Hemos vivido este partido en infantiles, juveniles...Tenemos esa cultura. No deseas el mal a nadie pero si tu rival fracasa, mejor".
Van todavía con pies de plomo. Presionados por los fichajes -el madridista tiene tras de sí a Illgner y al argentino Bizarri, y el azulgrana, el fantasma de la llegada del francés Dutruel-, no alardean de este triunfo de la cantera."Pero está para usarla.Quizás este año vivimos un boom, pero aconsejo a los clubes que apuesten por ella", asegura Casillas, que dice que está aprendiendo y que no se siente titular. "El tópico es cierto", le apoya Arnau. "Voy partido a partido. Nada más".
Algo no podrán evitar. Serán examinados con lupa. Arnau negó que la inexperiencia de ambos pese demasiado en el clásico. "De ninguna manera. Si jugamos es porque los técnicos piensan que somos la mejor opción", sostiene. No ocultó que le aliviará la baja de Raúl -"Es el mejor jugador español"- y Casillas ignoró a Rivaldo. No ha tenido suerte: lo tendrá delante justo cuando ha despertado de su largo letargo. No se deja impresionar. En Croacia, con la sub21, Casillas burló los micrófonos cuando le preguntaron por la chilena del brasileño. Acabó pronto: dijo que no la vio.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 25 de febrero de 2000