Al Gore, desde su posición de casi seguro candidato demócrata a la Casa Blanca, atacó ayer simultáneamente a los republicanos John McCain y George Bush. Según declaró el vicepresidente y delfín de Bill Clinton al diario USA-Today, McCain y Bush tienen "el mismo historial derechista" y en su actual pulso por conquistar la candidatura republicana ambos se están escorando hacia "el lado oscuro". Dado que su correligionario y ex baloncestista Bill Bradley no parece en condiciones de darle un susto en el supermartes electoral del 7 de marzo, cuando 14 Estados celebrarán las primarias, Gore estima que ha llegado el momento de comenzar a bombardear a los republicanos McCain y Bush. Como el pulso entre los dos republicanos es tan reñido que es imposible predecir quién será el rival de Gore en noviembre, el vicepresidente optó ayer por disparar contra los dos. "Bush y McCain", dijo Gore, "no han tenido el valor de pronunciarse contra el ondear de la bandera confederal en el Capitolio de Carolina del Sur. Los dos quieren eliminar el derecho de las mujeres a escoger , los dos quieren privatizar parte de Medicare , los dos quieren retirar dinero de las escuelas públicas. Ambos están apelando a la extrema derecha".
Precisamente ayer, McCain esgrimió en California sus credenciales conservadoras. Este poblado y rico Estado del Pacífico será uno de los que participarán en el supermartes, pero la elección de delegados para la convención nacional republicana del próximo verano estará reservada a los votantes registrados de ese partido. McCain no podrá allí movilizar a los demócratas e independientes que le han dado cruciales victorias en las primarias abiertas de New Hampshire, Michigan y Arizona. Los analistas políticos predicen que el duelo entre McCain y Bush puede prolongarse más allá del supermartes del 7 de marzo. La guerra civil en el partido del elefante podría incluso continuar hasta la convención nacional de julio, en Filadelfia.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 25 de febrero de 2000