Los simpatizantes del PP que asistieron al mitin de José María Aznar en el Palacio de Congresos de Palma de Mallorca. El candidato sacó allí el cuentagotas de las promesas espectaculares para adelantar que el lunes anunciará ante el Colegio de Economistas la "segunda revolución fiscal" que su partido ya había esbozado: diez millones de contribuyentes no estarán obligados a declarar (el doble que ahora). Bajarán los tipos impositivos delIRPF entre uno y tres puntos.
Otro mal día para...
Josep Piqué. Fue reconvenido por sus adversarios. "Más que portavoz es portamudo, porque se ha quedado mudo el portavoz. Alguien que ha sido el brazo derecho de Javier de la Rosa, delincuente financiero muy conocido, se sienta en el consejo de ministros", dijo Diego López Garrido, de Nueva Izquierda. El andalucista Pedro Pacheco, que oposita a la presidencia de la Junta de Andalucía, le siguió: "Parece mentira que el corrupto Piqué no siga los pasos de Pimentel".
Fuego cruzado
El candidato Piqué hizo ayer memoria: "Era antes cuando la gente se apropiaba de fondos reservados o debía pagar determinados peajes para conseguir cosas del sector público". El socialista Almunia prefirió el presente: "El PP es cada vez menos Gobierno y cada vez más aparato de poder para ellos y para sus amigos".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 27 de febrero de 2000