Estudio primero de Telecomunicaciones en la Universidad de Alcalá de Henares, en la Escuela Politécnica. Escribo a este periódico para denunciar una situación lamentable que estamos viviendo desde hace ya varios meses en nuestra facultad. El caso es que, como muy pocos saben, los profesores han declarado una huelga de celo que consiste básicamente en perder tiempo pasando lista al principio de la clase (hacen incluso que la asistencia cuente para nota) y explicar más despacio de lo normal. Con esto se produce un considerable retraso en el temario; cosa que no importa demasiado a los alumnos porque lo que no se llega a dar no entra en el examen.El resultado que se prevé es evidente: una huelga larguísima (en Canarias duró tres años), ya que, al no suponer una molestia excesiva para nadie, esto es: los alumnos estudian menos y aprueban más, los profesores trabajan menos y cobran lo mismo, y a los cargos políticos tampoco les importa mientras no trascienda a la opinión pública. Lo que al final se conseguirá con esto es que salgan promociones enteras de ingenieros mal formados, y que el prestigio de la Universidad de Alcalá quede dañado para siempre.
Pero como también hay muchos estudiantes que reclaman su derecho a tener una buena formación, espero con esta carta conseguir llamar al menos la atención de todos los contribuyentes. Que deben saber que lo que aquí se está desperdiciando es una facultad nueva, con las mejores instalaciones, con unos laboratorios muy bien equipados, con carísima tecnología, con mucho personal contratado, etcétera.- .
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 28 de febrero de 2000