"Es una obra con un ritmo trepidante, sin tiempos lentos, llena de ironía y sentido del humor", dijo ayer en Sevilla Calixto Bieito, director de escena de El barberillo de Lavapiés, de Barbieri, que se representará en el Teatro de la Maestranza desde hoy y hasta el 5 de marzo. La obra, producida por el Teatro de la Zarzuela de Madrid, se divide en tres actos en los que se ha comprimido el libreto de Luis Mariano de Larra, pero manteniendo íntegra la partitura original que compuso Francisco Asenjo Barbieri en 1874. Bieito ha querido reflejar en el montaje "el alma española, madrileña y de Lavapiés" con una escenografía inspirada en el rastro madrileño y un vestuario diseñado como "un viaje en el tiempo desde el siglo XVIII hasta el presente". La zarzuela retrata, en su opinión, "el espíritu anarquista y un poco bocazas del español de la época".
El barberillo de Lavapiés, con dirección musical de Miguel Ortega, cuenta con la coreografía de Ramón Oller y la escenografía de Mónica Quintana. Beatriz Lanza, Carmen Subrido, Marco Moncloa y Julio Morales son sus principales intérpretes.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 1 de marzo de 2000