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El BBVA recibió el visto bueno del Banco de España en diciembre

Tras varios meses contemplándose el uno al otro, el banco público Argentaria y el Banco Bilbao Vizcaya (BBV) anunciaron su proyecto de fusión el pasado mes de octubre. La tardanza en alcanzar un pacto que los mercados barajaban desde que se proclamó la creación del BSCH se debió, probablemente, a las bendiciones que los novios buscaban en las distintas esferas políticas, económicas, e incluso sindicales.La boda se consumó finalmente el 28 de enero, cuando la nueva entidad se inscribió en el Registro Mercantil de Vizcaya y el 31 de enero se presentó en sociedad al estrenarse como nuevo valor en los mercados bursátiles de todo el mundo. Previamente, el 29 de diciembre del año pasado, el Ministerio de Economía y Hacienda, el mismo que ahora impone condiciones a la fusión, había autorizado la operación a propuesta del Banco de España.

Referencias en el sector

Ahora, el banco dispone de dos meses para presentar un plan de desinversiones, secreto, en el que deben establecerse los plazos de ejecución, también secretos.

El Gobierno comparó ayer el proceso al que está siendo sometido el BBVA con el que tuvo que pasar su directo rival, el Banco Santander Central Hispano, al que el Gobierno también obligó a desinvertir en los sectores energético (redujo su participación en Unión Fenosa para mantenerse en Endesa) y de telecomunicaciones (salió de Uni2 y de Retevisión para mantenerse en Airtel y, de manera marginal, en Amena).

Ayer, el ministro de Economía, Rodrigo Rato, aseguró que el BSCH ya ha cumplido todos los requerimientos, pero el presidente de Amena, Luis Alberto Salazar-Simpson, sigue siendo consejero del BSCH, que tiene el 30,45% de Airtel.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 4 de marzo de 2000