Madrid está llena de atascos, obras, chirimbolos, zanjas (una y otra vez abiertas), excrementos y basuras. Es una urbe sucia y contaminada: gris total.En este ambiente tan hostil el otrora amable pueblo de la villa y corte también se está volviendo hostil. Tanto, que muchos habíamos señalado con el dedo acusador a nuestro alcalde, don José María.
Ahora nos lo explicamos, él nunca ha visto este invivible espectáculo, está ciego de amor.- .
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 4 de marzo de 2000