Castilla y León se consolida como granero de votos del Partido Popular. Logra 22 de los 33 escaños en liza en esta comunidad autónoma. Los 11 restantes son para el PSOE. Es la misma distribución de escaños que hace cuatro años, repetida a su vez en las nueve provincias castellano-leonesas. La diferencia con 1996 es que ambos partidos suben en porcentaje de votos a costa de Izquierda Unida, que tampoco logró ningún escaño en 1993. El PP pasa de un 52,3% de los votos a un 54,7%, y el PSOE de un 34,8% a un 35,6%. Los tres puntos porcentuales que ganan en conjunto las dos fuerzas mayoritarias coinciden con los votantes que pierde Izquierda Unida.
El Gobierno del popular Juan José Lucas en la comunidad autónoma de Castilla y León no ha restado apoyos al partido de José María Aznar. La advertencia del PSOE de que ésta era una de las autonomías olvidadas por el Gobierno tampoco ha causado, según la previsión de Demoscopia, mella en las preferencias de estas nueve provincias castellanas.
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En las anteriores elecciones generales, el PP arrebató al PSOE dos escaños (uno en Burgos y otro en Salamanca, las dos provincias mayores) y ese esquema se repetirá, en principio con exactitud, el próximo domingo. Burgos y Salamanca tendrán tres diputados populares y sólo uno socialista. León y Valladolid, tres del PP por dos del PSOE y las cinco restantes (Ávila, Palencia, Soria, Segovia y Zamora), dos del partido en el Gobierno por uno del partido socialista.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 6 de marzo de 2000