Quiero comunicar mi desagrado hacia todas las compañías de teléfonos móviles que, amparándose en las leyes y en sus normas internas, abusan insolentemente de sus clientes españoles.En mi caso, sin hacer llamadas, me desciende el saldo. Cuando envío un mensaje, me dice el teléfono que no puede. Pasados unos días, me entero de que he mandado el mismo mensaje más de 60 veces por cada intento y que todos se me han cobrado. Cuando me quejo a mi compañía, le tengo que reclamar seis veces para que el departamento técnico me dé una solución. La solución es que a mi teléfono no le pasa nada, y que si quiero hacer una reclamación lo haga por fax. El fax siempre está comunicando. En conclusión, me han atropellado miserablemente los derechos que se recogen en el art. 9 (apartado l) y art. 51, entre otros, de la Constitución Española. En la última ocasión me descendió el saldo 168 pesetas con el móvil apagado. Sugiero a la gente que vigile esto, y que se conciencie. ¿Adónde vamos a ir a parar?
Pido perdón por esta irrespetuosa impotencia, que me ha llevado al incómodo deber ciudadano de denunciar también todos los casos camuflados por la ley que ellos utilizan, de estafas, de engaños comerciales, de la manipulación de los anuncios televisivos... que despiertan en el individuo frustraciones. Esperando no ser el único que denuncie estos casos (digo denuncie porque sé de buena tinta que mucha gente está concienciada) y que estudien esto aquí expresado.- .
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 6 de marzo de 2000