Quizá sea la mejor partida del año: más de cuatro horas de gran calidad, riesgo extremo, apuros de tiempo y nervios a prueba. Vladímir Krámnik, 3º del mundo, habitualmente conservador, destapó ayer su inmenso talento para poner contra las cuerdas a Gari Kaspárov, su antiguo maestro. Éste hizo maravillas para arrancar un empate que deja a ambos como líderes a falta de dos rondas.La posición ya era inédita en la quinta jugada, algo que casi nunca ocurre en los torneos de élite. Kaspárov mostró su intención de hacer tablas poco después, pero Krámnik se lanzó. Todo indicaba que iba a ganar: a Kaspárov le quedaban diez minutos para 17 jugadas; su cara, la de su entrenador y la de su madre eran de tragedia. Sin embargo, el número uno confirmó que, a los 36 años, sigue siendo un animal de la competición y logró saltar el precipicio para firmar un empate sublime. El público reprimió el aplauso porque Alexánder Jálifman, el polémico campeón del mundo, aún no había rematado su sorprendente victoria sobre Peter Leko, 3º hasta ayer.
Krámnik, de 24 años, cuyo balance con Kaspárov está igualado a tres victorias para cada uno y 17 empates, admitió una sensación agridulce: "No todos los días tienes a Kaspárov muy apurado de tiempo y en posición muy difícil". Por una vez, su rival estaba contento a pesar del empate: "He disfrutado de una lucha fantástica, que estará entre las mejores de mi carrera, aunque también es cierto que lo he pasado muy mal".
Clasificación: 1º-2º, Kaspárov y Krámnik 5; 3º, Jálifman 4; 4º-5º, Leko y Shírov 3,5; 6º, Anand 3.
Más información y partidas comentadas, cada día, en El País Digital (www.elpais.es)
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 9 de marzo de 2000