Las elecciones del domingo en España van a ser reñidas. (...) Aznar puede atribuirse el mérito de la espectacular transformación de la economía española (...) Pero este éxito no se ha traducido del todo en popularidad personal. (...) Almunia nunca iba a ser un candidato estelar, (...) se convirtió en el abanderado socialista por defecto, después de que el hombre que le venció en las primarias dimitiera repentinamente.No hay motivos inherentes para alarmarse por un Gobierno PSOE-IU. Ha funcionado en Francia. Aunque hay algunas dudas sobre si Almunia podrá controlar a sus comunistas tan bien como Lionel Jospin. (...) Aznar, en cambio, tiene una alianza sólida y estable con el partido nacionalista catalán. Estas elecciones pueden ser un combate en el que los partidos minoritarios marquen la diferencia.
Editorial, Londres
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 9 de marzo de 2000