Santiago Pérez Legasa, presidente del tribunal que debe juzgar a 23 personas implicadas en una supuesta mafia policial de Zaragoza, ha rechazado la petición de los abogados de la defensa, que ayer, en la primera sesión de la vista, pidieron la anulación del juicio por la falta de garantías que a su entender padecieron sus clientes. El magistrado de la Sección Primera de la Audiencia de Zaragoza entiende que los derechos de los acusados, entre los que hay nueve policías, quedaron salvaguardados y que todas las intervenciones telefónicas practicadas "estaban controladas jurídicamente". Tres policías ya negaron ayer que hubiesen permitido la prostitución en clubes de alterne a cambio de dinero.El tribunal entiende que las escuchas telefónicas fueron controladas judicialmente y que, además, no existía otra posibilidad para denunciar los hechos. En relación al tiempo que estuvieron intervenidos los teléfonos, la sala afirma que no se ha vulnerado ningún derecho fundamental de los acusados y que se ha mantenido la legalidad en todo momento. Por último, el tribunal asegura que las escuchas están amparadas por ley siempre y cuando sirvan para aclarar una investigación en marcha.
La sala justifica igualmente la prórroga del secreto sumarial durante 17 meses por la complejidad del caso con acusados de personalidad muy peculiar. En el proceso, además de los nueve policías -tres de ellos ya no están en activo-, hay traficantes de drogas, confidentes y dueños de clubes de alterne de la capital.
Acusación por venganza
El primero en declarar ayer fue Óscar Hang, propietario de un club de alterne para el que el fiscal pide 3 años de cárcel por pagar supuestamente dinero a la policía a cambio de que ésta le protegiera de continuas redadas. También le acusa de un presunto delito contra la salud pública, por traficar e incitar supuestamente al consumo drogas.
Hang negó todas las acusaciones y declaró que quienes le culpan -Martín Conde, gerente del local del que Hang es propietario, y una novia de éste, quien supuestamente destapó el caso-, lo hacen por venganza. "He sido acusado por una causa que no es la mía. Me involucran un proxeneta y una prostituta", dijo. Hang aseguró que había colaborado con la policía "como es habitual, si me enseñan fotos o matrículas de coches. Nunca me han pagado ni he pagado a la policía". Hang negó rotundamente que traficase con drogas.
Durante el segundo día de juicio la sala escuchó grabaciones de las conversaciones que fueron intervenidas durante la investigación judicial. También declaró un policía que en el momento de la investigación era miembro de la Brigada de Extranjería y que está acusado de dar información sobre cuándo iban a producirse redadas en los clubes de alterne. También declaró Rosario Lahija acusada por presunto tráfico de drogas. Cien testigos declararán durante el juicio.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 9 de marzo de 2000