Selecciona Edición
Selecciona Edición
Tamaño letra

El ciclón español

Un vendaval barre el ciclismo mundial, dicen, el ciclón español. Algunos apelan e inventan el efecto Freire para argumentarlo; algunos otros recuerdan que 2000 ha comenzado con un seguimiento biológico longitudinal uniforme para todos los países: el ciclismo ya se corre a una sola velocidad, proclaman, la española. Otros expertos hablan del buen trabajo español de los últimos años, de la calidad de los nuevos, de lo bueno que son todos. Los más realistas recuerdan también que algunos equipos, como el ONCE, han decidido empezar la temporada a tope con sus hombres más fuertes, sin pensar en el día siguiente; que otros, como el Kelme, tienen como una varita mágica para transformar durante unos días a ciclistas normales.Todas las razones, acaban los conciliadores, son complementarias para explicar un número extraordinario: los corredores españoles han conseguido ya 23 victorias en el mes y medio que se lleva de temporada 2000. Un número que asombra ya en absoluto, pero deslumbrante más si se compara con lo logrado por otros países, siempre por encima en estos cómputos. Frente a los 19 triunfos parciales y cuatro generales de los españoles, los italianos sólo suman 13 parciales, los franceses 8 y uno, los belgas seis y uno, los alemanes cinco y uno.

MÁS INFORMACIÓN

Dice un periodista italiano, irónicamente, que la España 2000 es como la Italia del último lustro: gana de todo, de todas las maneras y en todas las partes. Un ejemplo, la Tirreno-Adriático, la carrera por etapas italiana por excelencia. Todos los años, varios ciclistas italianos en el palmarés (7 en el 95, 4 en el 96, 7 en el 97, 3 en el 98, 4 en el 99) y pocos españoles (uno en el 91, uno en el 99). Y llega 2000: tres victorias españolas, por ahora, cero italianas.

Y lo que queda son los nombres, los ciclistas de las 23 victorias: Freire (4), Olano (3), Cabello (3), Cañada (3), Peña (2), Edo (2), Galvañ, Gálvez, Blanco, Aitor González, ONCE (una contrarreloj por equipos) y Pascual Llorente.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 14 de marzo de 2000