LAWRENCE K. ALTMAN / NYT | Nueva York
La euforia desatada por el éxito de las nuevas combinación de fármacos para tratar el sida ha dejado paso a un nuevo y serio desafío: cómo tratar las complicaciones y evitar el fracaso. La mortalidad de lo que antes era una enfermedad terminal ha descendido bruscamente con la introducción, hace cuatro años, de las combinaciones de inhibidores de la proteasa y otros fármacos. Pero estos tratamientos no siempre funcionan -de hecho ni siquiera se sabe en qué proporción fracasan- y tampoco están exentos de problemas, algunos de ellos graves. Además, la relativa abundancia de fármacos plantea a los medicos la dificultad de decidir cuándo iniciar el tratamiento, qué cóctel utilizar, cómo tratar las complicaciones y cómo evitar las resistencias.
Madrid La comida es su droga, su máxima fuente de placer y de infelicidad. Las personas con bulimia pierden la libertad ante los alimentos y éstos se convierten en el eje de sus vidas, en elementos dominadores de su voluntad. Los bulímicos no son glotones, ni grandes comedores, ni amantes de la buena mesa. Son víctimas de un trastorno alimentario, de una de las adicciones sociales que va en aumento en las sociedades de la opulencia. Para las personas con bulimia, que afecta diez veces más a las mujeres que a los hombres, la comida es una adicción placentera y autodestructiva.
Madrid La comida es su droga, su máxima fuente de placer y de infelicidad. Las personas con bulimia pierden la libertad ante los alimentos y éstos se convierten en el eje de sus vidas, en elementos dominadores de su voluntad. Los bulímicos no son glotones, ni grandes comedores, ni amantes de la buena mesa. Son víctimas de un trastorno alimentario, de una de las adicciones sociales que va en aumento en las sociedades de la opulencia. Para las personas con bulimia, que afecta diez veces más a las mujeres que a los hombres, la comida es una adicción placentera y autodestructiva.
La hernia discal cervical, cuyo tratamiento quirúrgico requiere anestesia general y hospitalización del paciente, puede hacerse ahora más rápidamente, con anestesia local y sin ingresar al enfermo, gracias a una nueva técnica. En el hospital de Bellvitge de Barcelona se presentó hace dos semanas esta técnica, que precisa sólo un pequeño corte en la parte anterior del cuello y reduce considerablemente tanto el tiempo de intervención como el posoperatorio. Este procedimiento requiere un instrumental especial, pero a la larga puede resultar eficiente por los costes que ahorra.