Toyota y Honda son las dos únicas empresas del automóvil con capital enteramente nacional que quedan en Japón tras la compra por parte de DaimlerChrysler del 34% de Mitsubishi Motors. El grupo germanoestadounidense pagará 2.083 millones de dólares (350.000 millones de pesetas) por un tercio del fabricante nipón, según el acuerdo hecho público ayer. Tras la operación, que sólo afectará a turismos y vehículos comerciales ligeros, se creará la tercera compañía mundial del motor tras General Motors y Ford.La adquisición dará a DaimlerChrysler, según la ley japonesa, derecho de veto y el control efectivo de Mitsubishi, aunque hay un acuerdo entre las dos para que esta empresa continúe gozando de independencia. DaimlerChrysler dispondrá de una representación en la junta directiva de la compañía nipona proporcional a su participación. "Es el socio ideal para reforzar nuestra posición en Asia", indicó el presidente del grupo estadounidense, Juergen Schrempp.
El contrato se firmará en abril y el pago se hará mediante una ampliación de capital de Mitsubishi, con un precio de 450 yenes (720 pesetas) por cada nueva acción del fabricante japonés. Además, la compañía estadounidense comprará el 50% que Ford mantiene en Ned Car, una empresa conjunta que crearon Mitsubishi y Volvo en Holanda en 1991. El acuerdo no afecta al pacto de colaboración que la japonesa tiene en Suecia con AB Volvo para fabricar autobuses y camiones.
La entrada de DaimlerCrysler en el mercado japonés vuelve a demostrar que, si en la década de los ochenta eran las firmas japonesas las que conquistaban EE UU y Europa, ahora el proceso es el contrario. Primero fueron Mazda y Nissan, ahora ha sido el turno de Mitsubishi. En cinco años, tres de los cinco principales constructores de automóviles japoneses -excepto Toyota y Honda- han pasado a control occidental. El desembarco más importante es el de la francesa Renault, que tomó el control de Nissan con la compra del 36,8%.
La llegada de capital occidental parece haber hecho feliz, sin embargo, al presidente de Mitsubishi, Katsuhiko Kawasoe: "Con esta alianza, tendremos acceso a mayores recursos y aseguramos el futuro de nuestro negocio". Todavía hay detalles del acuerdo que se desconocen, pero algunos analistas ven ventajas inmediatas para el fabricante japonés, que hasta ahora ha sido incapaz de superar sus deudas. El nuevo grupo tendrá una capacidad de producción de más de seis millones de automóviles, tercero en el mundo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 28 de marzo de 2000