Selecciona Edición
Selecciona Edición
Tamaño letra

NEUROLOGÍA El 'crack' causa daños cerebrales que perduran tras su consumo

Un estudio aparecido en el número de marzo de Neurology indica que la metanfetamina, también conocida como speed o crack, causa daños en las células cerebrales que perduran mucho después de abandonar su consumo.El estudio, realizado por Thomas Ernst, del Harbor-UCLA Research and Education Institute, en Torrance (California, Estados Unidos), utilizó una técnica no invasora para medir ciertos niveles de metabolitos o sustancias químicas en el cerebro. Al comparar los resultados de las pruebas realizadas a 26 ex adictos al crack con las de 24 personas sanas sin historial de drogadicción, los investigadores comprobaron que en los adictos al speed las concentraciones de la sustancia N-acetil-aspartato, un metabolito sólo presente en las neuronas, las células cerebrales utilizadas para pensar se habían reducido en un 5% en la región cerebral de los ganglios basales y en un 6% en la materia blanca frontal del cerebro. Ernst apunta que muchas enfermedades cerebrales asociadas con pérdida o daño de las neuronas, como el Alzheimer y otras demencias, la epilepsia, la esclerosis múltiple o los tumores cerebrales, muestran consistentemente una reducción del N-acetil-aspartato. Según Ernst cuanto más alta es la dosis de crack, más daña las neuronas de la materia blanca frontal.

El estudio evalúa el daño potencial sufrido a largo plazo por el cerebro humano debido al consumo de speed, pero no si esos cambios son permanentes. Sin embargo, algunos experimentos en animales han demostrado anomalías cerebrales durante cuatro años después de abandonar el consumo. Ernst y los demás investigadores están realizando más estudios para determinar si los cambios en el cerebro pueden revertir con tratamiento.

Ernst señala que en algunos hospitales las urgencias debidas al consumo de crack se han multiplicado por seis en la última década y el consumo entre los estudiantes de bachillerato en zonas rurales se ha disparado.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 28 de marzo de 2000