El histórico edificio que sirve de sede al Banco de España, situado en la plaza de Cibeles de Madrid, vivió ayer un ajetreo inhabitual. El ambiente casi conventual que normalmente se respira en el edificio se vio alborotado por una animación en varios idiomas.La celebración del consejo de gobierno del BCE en Madrid (una deferencia de sus colegas con Luis Ángel Rojo, que abandona su puesto al frente del Banco de España el próximo mes de julio) provocó la transformación por un día de varios de los salones del edificio.
Por ejemplo, al salón de actos, que acogió físicamente la reunión del consejo del BCE, se le incorporó una nueva mesa, construida para la ocasión.Esta mesa, según fuentes del banco central español, tiene detalles singulares, como los 25 halógenos que le dan luz.
Además, dos patios interiores fueron habilitados para otros menesteres. Uno sirvió de escenario para la rueda de prensa de Duisenberg. Otro, como sala de trabajo para los 263 periodistas acreditados para la ocasión.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 31 de marzo de 2000