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Un descanso activo

,En esta vida hay que estar preparado para todo. Así lo han entendido Mari Carmen Casal y Purificación Alba, de 57 y 58 años, que además de una larga amistad de más de 30 años y un mismo centro de trabajo, el Hospital Materno Infantil de Málaga, comparten también aficiones y ahora estudios. Ambas han participado en un curso de preparación a la jubilación en la Residencia Tiempo Libre de Marbella, organizado por CC OO y subvencionado por la Junta. "Se trata de una materia que no nos enseñan cuando pequeños en el colegio, y por la que todo aquel que tiene un trabajo remunerado tendrá que pasar algún día". Las dos están de acuerdo en que cuando eso ocurra lo mejor será "tener mucha alegría y saber aceptarlo todo".

Sin embargo, mientras a Mari Carmen no le apetece jubilarse, Puri lo está deseando. Las dos dicen que cuando dejen de trabajar dedicarán sus horas libres "a permanecer activas, cuidar niños y ancianos desinteresadamente, y a cualquier cosa excepto estar en casa viendo la tele".

Durante tres días cerca de un centenar de personas procedentes de distintas provincias andaluzas han asistido a esta escuela de mayores, han recibido enseñanzas y hasta se han examinado como en el colegio. En este caso las asignaturas estaban dirigidas a hombres y mujeres próximos a la jubilación o recientemente jubilados, por lo que las ponencias trataron los temas que más les interesan: aspectos psicológicos, económicos y jurídicos de la jubilación, la participación social y política de los mayores, patologías más frecuentes en la tercera edad, nutrición y vida sana".

Según Carmeli Díaz, trabajadora social y coordinadora de estas jornadas, "lo que más preocupa a las personas que van a jubilarse es precisamente la parte económica y, dependiendo del trabajo que han desempeñado, les cuesta más o menos jubilarse". Pero siempre es un "paso difícil", que afecta más a los hombres que a las mujeres. Se muestra partidaria de que "la preparación a la jubilación se haga desde que somos pequeños".

Muchos de los asistentes a estos cursos, que se imparten desde hace cuatro años, han repetido la experiencia, como Francisco Cobo, que se vio obligado a jubilarse de sopetón antes de tiempo por una enfermedad. A sus 65 años Francisco destaca que "lo fundamental es no venirse abajo", por lo que aplaude la existencia de este tipo de iniciativas, "que son necesarias porque no todo el mundo asimila bien dejar de trabajar". Opinión que comparte Alfonso García, de 78 años, y Francisco Puertas, de 64, que recomiendan utilizar el tiempo libre en todo tipo de actividades y excursiones, "aunque sólo sea pasear de un lado a otro para evitar aburrirse".

En general, las mujeres asimilan mejor este momento que los hombres, en principio porque tienen otras actividades en el hogar, bien sea en ocuparse de la casa o de los nietos. Pero la mayoría no quiere que se las considere únicamente como "abuelas para todo", porque también tienen otras aficiones y les gusta "sentirse vivas".

Milagros Villodres rechaza "que se arrincone a los mayores como un trasto viejo cuando llega este momento". Asegura que su vida "no va a cambiar nada" con la jubilación, un estado con el que ya está familiarizada porque su marido dejó de trabajar hace ocho años. "Algunos creen que cuando se jubilan se acaba el mundo", explica esta mujer vivaz de 63 años. Advierte: "Seguiré yendo a discotecas a bailar y participaré en chirigotas como cada año, además de apuntarme a un bombardeo".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 3 de abril de 2000

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