El proyecto de apuntalamiento de la estructura vertical del hospital Josep Trueta de Girona, que costará 64 millones de pesetas, se llevará la mitad de la inversión que el centro dedicará durante el año 2000 a obras y mejoras. Se trata, a pesar de su cuantía, de una obra provisional, puesto que se tardará unos tres o cuatro años en ir sustituyendo los puntales de metal por una obra definitiva de hormigón. El apuntalamiento no causará ninguna molestia a los usuarios.
El gerente del centro, Salvador Aymerich, ha explicado que la medida se ha tomado para adecuar el hospital a la norma de seguridad y no porque existan dudas sobre la solidez del edificio. Este proyecto viene a completar un paquete de medidas que consistirán en pequeñas obras y en la reforma de algunas áreas del hospital. El presupuesto global de estas rehabilitaciones es de unos 60 millones de pesetas.Durante este año está previsto que los cinco grupos que se dedican a la investigación en el hospital puedan ocupar un espacio común, la Agencia de Investigación, de unos 300 metros cuadrados en la novena planta. El área quirúrgica, que no ha sufrido modificaciones sustanciales a lo largo de 20 años, también será reformada. La creación de una aula de informática, la adecuación de las instalaciones de pediatría, neonatos y sala de partos, la reforma de la sala de extracciones del laboratorio y de la sala de lactantes constituyen las prioridades que la dirección del hospital ha establecido para este año.
Los trabajadores del centro han realizado movilizaciones para criticar las escasas inversiones que recibe el hospital. Aymerich asegura que las inversiones del 2000 superan a las de otros años y añade que "en este negocio nunca es suficiente". El presupuesto global del hospital Josep Trueta para este año rondará los 10.000 millones de pesetas.
El proyecto estrella de la institución es un centro de radioterapia y medicina nuclear que el gerente espera que empiece a dar sus primeros pasos durante este año. El coste del edificio independiente, que se situaría entre el río Ter y el actual hospital, podría superar los 300 millones de pesetas. El inmueble constaría de dos plantas de 1.000 metros cuadrados cada una y en su interior se ubicarían dos búnkeres para radioterapia y dos cámaras de medicina nuclear.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 3 de abril de 2000