El responsable de la seguridad en la cumbre de Lisboa ha reconocido que los dispositivos de control fallaron al asumir que los activistas que lanzaron huevos rellenos de tinta roja contra el presidente del Gobierno español, José María Aznar, el pasado 24 de marzo franquearon las barreras sin dificultades.Esa grave negligencia ha supuesto la apertura de dos investigaciones oficiales en los Ministerios portugueses de Asuntos Exteriores e Interior para depurar responsabilidades y tomar medidas con vistas a las próximas reuniones europeas, principalmente la de Oporto, que se celebrará en junio.
Varios de los activistas de los grupos de apoyo a los presos etarras que organizaron el lanzamiento de huevos tenían antecedentes policiales por pertenecer al grupo de los giraldillos, que intentaron sabotear la inauguración de los Campeonatos del Mundo de Atletismo de Sevilla 99. Los activistas se acreditaron la mañana de los hechos como periodistas de una agencia inexistente de información y, sin control, burlaron la seguridad del recinto para tratar de agredir a Aznar.
Los servicios policiales lusos no comprobaron sus posibles antecedentes ni utilizaron sus mecanismos de seguridad. Los activistas realizaron su "acción pacífica" en contacto con algunos periodistas portugueses, a quienes habían avisado de sus intenciones, pero sin precisarlas. Los responsables del diario Público puntualizan que les habían advertido de que llevarían a cabo alguna protesta, pero que sus periodistas no participaron en la acción.
Un juez decretó el pasado día 25 la libertad de los 13 activistas y solicitó cinco años de prisión para los dos autores materiales de la agresión por "atentado contra el honor" de mandatarios extranjeros y "falsificación de documentos".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 3 de abril de 2000