El experimento español integrado en la misión espacial Texus-38 con el encargo de estudiar cómo prevenir y sofocar incendios en plataformas, cumplió ayer sus objetivos tras ser lanzado al espacio, a 250 kilómetros de altura, y regresar a la Tierra en condiciones de microgravedad. Para ello se eligió la base de lanzamiento que la Agencia Espacial Europea (ESA) tiene instalada en Kiruna, una localidad sueca situada a 150 kilómetros del Círculo Polar Ártico. Según Benigno Lázaro, uno de los responsables del proyecto, se han realizado todas las fases del ensayo y sus resultados están "de acuerdo a las previsiones". En concreto, señaló que se han podido detectar llamas no visibles, se tienen datos de cómo se propagan cuando hay flujos bajos y se han hecho medidas sobre la extinción.
Rodeados de nieve y con una temperatura que a primera hora alcanzó los 13 grados bajo cero, medio centenar de científicos y técnicos celebraron el éxito de la misión, que sufrió un retraso de más de 24 horas por el fuerte viento que afectó a las capas bajas de la atmósfera en los últimos días. Este experimento está subvencionado en su totalidad por la ESA y cuenta con el apoyo del Centro de Desarrollo Tecnológico e Industrial (CDTI).
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 3 de abril de 2000