La decisión del juez Thomas Penfield Jackson que afirma que Microsoft ha violado la ley antimonopolio fue continuación de la ruptura de las conversaciones existentes. (...) El crudo lenguaje usado por el juez habrá satisfecho a los muchos enemigos de la compañía informática. Sin embargo, el fracaso de las negociaciones y la imposición de la ley es desafortunada. A Microsoft le amplía el periodo de incertidumbre sobre su futuro, a la gente le retrasa la puesta en marcha de remedios contra su supremacía comercial y su comportamiento. Puesto que el mercado de alta tecnología cambia tan rápido, los remedios serán caducos el día que quieran ser puestos en marcha. (...) Es más desafortunada la decisión porque el Departamento de Justicia y Microsoft podrían haber llegado a un acuerdo de no haber estado de por medio los 19 fiscales generales de Estado (...) que han tenido un indudable papel negativo en este proceso. Ejecutivos de la empresa, entre ellos Bill Gates, se han quejado de que la disgregación pedida dificultó las negociaciones y de que la negociación estaba ya muerta cuando Microsoft presentó su última oferta. (...) Posner [el juez mediador en las conversaciones] destacó el interés negociador del Departamento de Justicia y Microsoft, y omitió significativamente referencia alguna al papel de los fiscales. (...)Un acuerdo sigue siendo la mejor manera de resolver este problema, y debiera proseguir la búsqueda del mismo. Ambas partes tienen mucho que perder si siguen litigando hasta el final.
Washington, 4 de abril
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 5 de abril de 2000