Los funcionarios del centro penitenciario de Ponent, de Lleida, efectuaron ayer un paro de cinco minutos en solidaridad con la compañera de Quatre Camins que fue golpeada brutalmente el pasado jueves por un interno cuando le comunicó que se le denegaba un permiso de fin de semana. El agresor, José Antonio C. V., fue trasladado inmediatamente a la prisión leridana, donde cumplen condena los delincuentes más peligrosos de Cataluña.La acción de protesta, en la que participaron más de un centenar de funcionarios, también tenía como objeto denunciar las condiciones de trabajo en las que tiene que trabajar el personal dentro de las prisiones catalanas.
"La sociedad tiene que saber que a veces nuestro trabajo es ingrato, peligroso y poco reconocido", señaló Modesto Berciano, portavoz del sindicato de prisiones Confederación de Sindicatos Independientes de Funcionarios.
Modesto Berciano recordó que la Dirección General de Servicios Penitenciarios de la Generalitat todavía no ha cubierto las 13 plazas vacantes de funcionarios que hay en la cárcel de Ponent, un centro que acoge a unos 60 reclusos clasificados en primer grado debido a su peligrosidad.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 8 de abril de 2000