La Policía Judicial portuguesa ha identificado a dos sospechosos del ataque a la discoteca africana Luanda, de Lisboa, en el que resultaron muertas siete personas, entre ellas la joven española Esther Ramos López, de 20 años, quien se encontraba pasando el fin de semana en la ciudad. El cuerpo de la joven será incinerado hoy antes de ser trasladado a Madrid. Las autopsias a los cadáveres han confirmado que los jóvenes murieron por asfixia a causa, fundamentalmente, del aplastamiento que sufrieron en la puerta principal del local. El ministro del Interior portugués, Fernando Gomes, reconoció que los sospechosos pueden ser detenidos en las próximas horas y que los móviles del crimen están muy claros. La policía maneja como principal hipótesis la competencia por el negocio de la noche africana. Un comunicado oficial de la policía portuguesa informó ayer de que el ataque contra la discoteca africana más popular de Lisboa provocó siete muertos, seis de ellos de raza negra (cuatro hombres y dos mujeres, todos de entre 20 y 21 años, a excepción de uno de 35 años), y 35 heridos confirmados.
El comunicado explica que las muertes, según los informes preliminares entregados por el Instituto de Medicina Legal, se produjeron por "los hechos resultantes de las situaciones de pánico, no del gas lacrimógeno". Fuentes del Anatómico Forense reconocieron que la mayoría de los jóvenes fallecieron por asfixia en el embudo creado junto a la puerta principal del local. Los cuerpos presentaban heridas, hematomas y algunas fracturas.
Rivalidad entre empresarios
La Policía Judicial informó que ya ha tomado declaración a "decenas de personas" con el objeto de identificar a los autores del ataque, "siendo en este momento prematuro adelantar algo más sobre los móviles y demás circunstancias del hecho". No obstante, fuentes policiales en Lisboa aseguraron a este periódico que los investigadores tienen identificados a dos de los sospechosos y manejan, como hipótesis más probable del ataque a la discoteca Luanda, las rivalidades entre empresarios por el negocio de la noche africana en Lisboa. Por el momento, parece completamente descartado el ataque por móviles racistas o xenófobos.
El inspector João de Sousa, del Grupo de Homicidios y responsable directo de la investigación, explicó ayer a la agencia Lusa que los sospechosos "todavía no habían sido detenidos, pero los agentes policiales saben en qué áreas se encuentran".
Por otro lado, los padres de la joven Esther Ramos López, estudiante de Biología en Madrid, se hicieron ayer cargo del cadáver de su hija, que fue trasladado a la iglesia de Santiago, junto al castillo de San Jorge, donde permaneció toda la noche en la capilla ardiente hasta que hoy sea incinerado en el cementerio de San João. Sus restos serán trasladados esta tarde a Madrid.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 18 de abril de 2000