A los socios europeos les puede tranquilizar el hecho de que la coalición de centro-izquierda que gobierna en Italia no ha perdido tiempo en la elección de un nuevo líder. Pero a pesar de esto, el Gobierno de Italia sigue siendo el más débil de la Unión Europea (UE). La designación de Giuliano Amato como primer ministro permite a la coalición llevar a término varios asuntos importantes antes de las elecciones generales, que se celebrarán dentro de doce meses. Amato tiene la suficiente influencia política para reparar el daño provocado por la derrota del centro-izquierda en las elecciones regionales. (...) A lo largo de esta semana, tras anunciar la formación del nuevo Ejecutivo, recibirá el voto de confianza del Parlamento, (...) lo que allanará el camino para la celebración del referéndum del 21 de mayo sobre la reforma del sistema electoral. Esta reforma reduciría el número de coaliciones heterogéneas, cuyas diferencias políticas son con frecuencia difíciles de reconciliar. Un voto en contra (...) sería un desastre para el proceso de reforma política e institucional. El voto a favor sería sólo un primer paso hacia la resolución de los problemas (...). Amato deberá mejorar los resultados conseguidos por su predecesor en el cargo, Massimo D'Alema, respecto a estas reformas y a otras reformas económicas. (...) Si fracasa en este intento, el centro-izquierda perderá las próximas elecciones. (...) Por otra parte, sigue sin ser resuelta la crisis de liderazgo, una de las causas de la dimisión de D'Alema. Y hasta que no se resuelva esta cuestión, el Gobierno italiano será siempre inestable.Londres, 25 de abril
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 26 de abril de 2000