El Gobierno de Estados Unidos espera una rápida resolución del caso Microsoft para que las posibles sanciones al gigante informático por prácticas monopolísticas no influyan en el proceso electoral, según declaró ayer un portavoz del Ejecutivo.El Departamento de Justicia de EEUU y 17 de los 19 Estados federales que forman la acusación han pedido que se imponga la partición en dos del grupo Microsoft como castigo por abuso de posición de dominio en el mercado que sentenció el juez Thomas Jackson a principios de abril. El fundador de Microsoft tachó el pasado viernes de "radical y extrema" la petición de pena contra Microsoft y la compañía ha anunciado que llevará el caso ante todas las instancias de apelación posibles, incluido el Tribunal Supremo.
Un alto cargo del Departamento de Justicia, Joel Klein, reconoció que el proceso de apelación contra la petición de sanciones puede llevar un año, pero ayer las fuentes del Gobierno estadounidense aseguraron que la Casa Blanca quiere que "se resuelva rápidamente".
Fuentes del sector informático y del judicial creen que Microsoft puede intentar alcanzar un acuerdo con el próximo Gobierno, por lo que intentará demorar la resolución del caso cuanto le sea posible. La sanción obliga a Bill Gates a mantener acciones en una sola de las dos nuevas compañías en que se partirá Microsoft.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 1 de mayo de 2000