Rafael Arias-Salgado se tomó con paciencia y estoicismo su cese como ministro de Fomento y comentó irónicamente a su equipo de colaboradores, en su despedida en el ministerio, que se iba a "privatizar a sí mismo", según informa Europa Press. El tono irónico de Arias-Salgado contrastó con la tristeza de Isabel Tocino, que no pudo reprimir las lágrimas cuando se despidió de su equipo de colaboradores del Ministerio de Medio Ambiente.Por su parte, el nuevo ministro de Exteriores, Josep Piqué, señaló ayer en declaraciones a la televisión pública catalana TV3 que desea cambiar la concepción de su ministerio con una política "más ligada a la representación de los intereses españoles en el exterior". Piqué precisó el refuerzo del servicio exterior español pasará por una política "más ligada a la presencia de las empresas españolas fuera".
El nuevo ministro de Exteriores señaló que la política mediterránea será una "prioridad indeclinable" del Gobierno y destacó el "papel relevante" que pueden desempeñar en ella Barcelona y Cataluña. El ministro apuntó que, históricamente, la proyección exterior de Cataluña siempre "ha ido dirigida al Mediterráneo y creo que éste es un valor que conviene preservar y volver a potenciar".
Piqué resaltó que "es muy conveniente y muy útil que haya catalanes que participen activamente" en el proyecto de España que defiende el PP. "Para un catalán, contribuir a una visión de la España plural es lo que de alguna manera siempre había reivindicado el nacionalismo político de una forma tradicional. Me parece que es de una extraordinaria oportunidad y así lo contemplo".
Subrayó también el refuerzo de la línea centrista del nuevo equipo de Aznar. Negó que puedan hacerse lecturas sucesorias al actual presidente del Gobierno según la composición del nuevo Gabinete y señaló que "quien quiera hacer interpretaciones antes de hora, se equivoca".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 1 de mayo de 2000