En EL PAÍS del domingo día 16 de abril se publicaba que habían sido detenidas cuatro personas por falsear carnés de conducir. Una de las personas implicadas era un funcionario de Tráfico. Lo que más me llamó la atención de la noticia fue la cantidad de dinero que se debía pagar para obtener un carné falso: entre un millón y millón y medio de pesetas. Esto me hizo pensar que, si hay personas que están dispuestas a pagar esa cantidad, es porque hay una o varias cosas que no funcionan en la manera en que desde hace años se viene procediendo para la obtención del carné de conducir.Tras destacar que hoy día el permiso de conducir no es un capricho, sino una necesidad, hay varias cosas que me gustaría criticar y que pediría se sometieran a revisión: el elevado coste de las tasas de matriculación para obtener el derecho a examen; la falta de claridad de gestión de muchas de las autoescuelas; la indefensión del examinando el día de la prueba de circulación, en que se ve aprobado o suspenso por razones que muchas veces podrían calificarse de arbitrarias, viéndose uno al albedrío del examinador o la examinadora, que muchas veces, más que funcionarios, parecen enviados del Altísimo. Reclamo con esta carta el derecho de todos los residentes en España a examinarse del permiso de conducir sin que esto suponga un tremendo gasto para su bolsillo y unas pruebas que se realicen de forma justa y clara, según unas normas que se atengan a lo que es la realidad del tráfico en las ciudades.- .
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 1 de mayo de 2000