Hay cosas que nunca me podré explicar. Hace un mes, los españoles estábamos poniendo el grito en el cielo por el precio del carburante. Criticábamos a las petroleras por su oligopolio, y al Gobierno, por no tomar medidas. No obstante, el que más y el que menos comprendía que si el precio del crudo sube, el combustible ha de subir también, y las protestas no llegaron más allá. Ahora, el crudo ha bajado. ¿A qué espera para bajar la gasolina? Al principio, ante la evidente decepción del personal, que esperaba un descenso inmediato, nos contaron el rollo de que "todavía se está refinando el petróleo que se compró caro". Y digo el rollo porque, cuando el crudo sube, el carburante sube ipso facto, no tras un mes durante el cual "se vende lo que las refinerías compraron barato". Pero hace ya varias semanas que bajó. ¿Qué nuevo rollo nos van a contar? ¿Cuándo vamos a notar en nuestro bolsillo el descenso del crudo?Pero, de todo esto, lo que más perplejo me deja, con diferencia, no es que la gasolina no baje, pues eso era de suponer, sino que nadie diga ya nada. El tema ya no se comenta en los noticiarios ni se lee en los periódicos. ¿Cómo puede ser? ¿Tan corta tenemos la memoria los españoles o tan abultada la cartera que nos hemos olvidado de que la gasolina tiene que bajar? ¿Cómo es que ya nadie protesta? No sé si es un problema de sociología o de psicología. Como yo no entiendo de ninguna de las dos, hay cosas que nunca me podré explicar.- .
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 4 de mayo de 2000