El pasado mes de marzo el Parlamento de las Islas Baleares aprobó una moratoria en la construcción de campos de golf en las islas Pitiusas. De este modo se pone fin a la proliferación indiscriminada de estas instalaciones deportivas en las islas. Por otro lado, Cataluña parece estar afectada por una epidemia de golfitis aguda que provoca la aparición de proyectos para la construcción de nuevos campos de golf o la ampliación de los ya exisitentes por muchas partes del territorio catalán.Los campos de golf tienen un elevado impacto sobre el entorno: a un elevado consumo de agua y el uso de pesticidas y herbicidas para poder mantener las grandes extensiones de césped que necesitan, hay que sumar el uso de elevadas extensiones de suelo. Tal es el caso del proyecto de campo de golf de Torrebonica, en el municipio de Terrassa, donde el Reial Club de Golf del Prat pretende construir un campo de golf de 270 hectáreas en una de las pocas zonas verdes que todavía quedan entre la ciudad egarense y Sabadell. El Gobierno de la Generalitat de Cataluña debería tomar ejemplo del balear y detener la construcción de más campos de golf en Cataluña.- Mireia Calvet Navarro. Sabadell.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 8 de mayo de 2000