Más de 1.500 personas, según la organización, participaron ayer en el Palau Sant Jordi de Barcelona en el homenaje en reconocimiento de la tarea humanitaria del cooperante internacional Vicens Ferrer, premio Príncipe de Asturias de la Concordia en 1998.El homenaje, organizado por la fundación que lleva su nombre, culminó los actos llevados a cabo en Barcelona desde el pasado jueves, día en que el Ayuntamiento barcelonés entregó la medalla de oro de la ciudad a este ex misionero jesuita que ha recibido la consideración de español y catalán universal. El acto contó con la presencia de autoridades municipales, así como de la esposa de Ferrer, Anne, y el periodista y autor de su biografía La revolución silenciosa, Albert Oliveras.
Durante el homenaje, Vicens Ferrer, que cumplió recientemente 80 años, la mayor parte de ellos dedicado por entero a ayudar a los más pobres en India, se dirigió a los asistentes para alertarles de que "hay una humanidad que sufre y tiene el derecho de pedir ayuda al resto de la humanidad que puede ayudarla". "Nosotros somos la esperanza de este mundo", concluyó Ferrer.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 8 de mayo de 2000