Más de medio millón de truenos sonaron ayer en Alcoy. En la última jornada de las fiestas de Moros y Cristianos los festers quemaron cinco toneladas de pólvora para hacerse con el control de la ciudad, en evocación de la batalla que en 1276 libraron los antiguos pobladores de Alcoy, ante el asedio del caudillo árabe Al Azraq. En el atronador Alardo o batalla de arcabucería participaron 2.000 festers. El punto final a la Reconquista lo puso Sant Jordiet montado en un caballo de cartón en lo alto del castillo que preside la Plaza de España.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 8 de mayo de 2000