Entiendo que un nuevo uso (o abuso) del eslogan girocentrista puede provocar la sonrisa de conmiseración o el vómito, pero paso a describir el origen de esta aseveración. Soy un investigador que disfruta de una beca MEC-Fulbright para realizar una estancia posdoctoral de dos años en EEUU. Para ello tengo una asignación mensual de 275.000 pesetas. Qué bien, dirán algunos, qué suerte. Lo que pocos saben es que, a pesar de estar fuera de España, debemos pagar el IRPF (17%), y además, como la beca es en pesetas, hay una conversión de moneda (pesetas-euro-dólar) que indefectiblemente está produciendo una disminución de los ingresos a un ritmo brutal. Además, para colmo, la transferencia la pagamos nosotros (10 dólares).El sábado día 29 de abril se publicaba en EL PAÍS una colaboración de Soledad Gallego-Díaz en la que, además de una serie de juicios (acertados en mi opinión), escribía: "La cosa podría ser molesta para el orgullo y para quienes viajan a Nueva York". Sin embargo, hay un colectivo en EEUU de becarios como yo que depende de ese valor del euro. Todo se puede comprender si piensan que desde septiembre de 1999 que estoy aquí, el dólar ha pasado de 154 a 184 pesetas, un 17%. Para que sea más comprensible, el primer mes percibí 1.500 dólares, y este mes espero llegar a los 1.250. Y esto sin visos de cambio en una ciudad donde mi apartamento supone 800 dólares al mes. Quien haya estado aquí lo puede entender. El que no lo entiende es el Ministerio de Educación, que no arregla esta situación. Quizá habría que recordarle al Gobierno que a EEUU no van sólo turistas españoles.- .
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 8 de mayo de 2000