El motivo de mi carta es manifestar mi protesta por la práctica habitual de las televisiones, públicas o privadas, que consiste en insertar en mitad de sus programas cortes publicitarios de películas con contenido altamente violento. Estos cortes se producen, en muchas ocasiones, en medio de programas con audiencia mayoritariamente infantil -por ejemplo, Waku-Waku, emitido por la primera cadena de Televisión Española los domingos a las 20.30-, de tal manera que los niños contemplan atónitos auténticas barbaridades. Ya que los medios no son capaces de autocontrolarse, ¿no existe ningún organismo público que evite semejantes situaciones?- .
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 11 de mayo de 2000