Eduardo Zaplana ya tiene cuaderno de espiral. Lo que todavía no se conoce es su color. José María Aznar mencionó en alguna ocasión un cuaderno azul y arrastró el juego durante seis largas semanas entre el 12 de marzo y el 25 de abril.El actual presidente del Gobierno ha mostrado siempre pasión por el hermetismo, uno de los mecanismos más antiguos para dotar de un aura solemne a los mortales.
Zaplana parece haber caído en una tentación paralela. Si sus colaboradores comentaban el viernes que el nombramiento de Carmen Mas como delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana había cogido con el pie cambiado al presidente es porque Zaplana esperaba que todos los nombramientos que pudieran afectar a su equipo se produjeran en una sóla sesión del Consejo de Ministros.
Zaplana tendrá que esperar hasta el próximo viernes para anunciar la definitiva remodelación de su equipo durante el fin de semana siguiente, antes del próximo pleno del Consell previsto para el 23 de mayo.
Pero nadie pone la mano en el fuego. La agenda del presidente está sujeta hoy a los actos religiosos con ocasión de la festividad de la Virgen de los Desamparados, patrona de Valencia. El lunes es festivo en Madrid y el martes se celebra la habitual reunión de la junta directiva nacional del PP. Todo indica que el color del cuaderno de Zaplana permanecerá en el ámbito del secreto, como mínimo, hasta el próximo miércoles.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 14 de mayo de 2000