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Drásticas cautelas para evitar el fraude electoral

Manuel Ramón Morel, presidente de la Junta Central Electoral, garantizó la limpieza de la organización de las elecciones subrayando que en manos de este tribunal "no perecerá la democracia dominicana". Los enemigos de la democracia acechan. La Junta Central Electoral encargó meses atrás la compra de 160 equipos de impresión para actualizar el padrón electoral mediante el despacho de nuevos carnés de identidad. "Un total de 32 se perdieron misteriosamente", explica Doroteo Rodríguez, directivo de Participación Ciudadana. "Esos equipos en manos de cualquier partido podían hacer mucho daño. Te ponen a ti cien personalidades diferentes, apareces en cien mesas diferentes y puedes votar cien veces".

Dispuestas las autoridades a evitarlo, los dominicanos debieron inscribirse primero y después votar en el mismo colegio. Para impedir que los adulteradores a sueldo pudieran hacerlo en otros lugares a la vez con documentos falsos, no pudieron salir de sus colegios durante todo el periodo de vigencia de la inscripción, que acabó a la misma hora en todo del territorio nacional, primero para las mujeres y después para los hombres. Los tramposos, según los diseñadores de la cautela, no pudieron inscribirse y votar en dos colegios a la vez porque físicamente era imposible.

Las listas de votantes incluían la foto del elector, que fue cotejada por los inspectores de mesa con el carné de identidad correspondiente en el momento de la emisión de la papeleta. "La desconfianza es tan grande porque antes si tú conseguiste tres cédulas [carné de identidad] diferentes, con la cara del titular parecida, ibas a tres sitios y podías votar en tres ocasiones", agrega Rodríguez.

A punto de votar castigada por un sol criminal, María Isabel Brito desconoce las razones de la división de la comunidad electoral entre hombres y mujeres. "¡Que llevo cinco horas aquí!", se queja sudando a chorros. "Y después a cocinar para que los hombres vengan a votar con la barriga llena!".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 17 de mayo de 2000