La comisión de Urbanismo del Ayuntamiento de Málaga aprobó ayer una modificación de elementos en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) para construir una marina en Guadalmar, junto a la desembocadura del río Guadalhorce, que tendrá un puerto deportivo con 1.000 puntos de atraque y 1.342 viviendas. La aprobación se realizó con los votos de los concejales del PP pese a la existencia de sendos informes desfavorables al proyecto de la Dirección General de Costas y de la Demarcación de Carreteras de Andalucía Oriental.
La Dirección General de Costas considera que no es conveniente la ubicación de una marina deportiva a 500 metros de la desembocadura del Guadalhorce por el riesgo de erosión que causaría a las playas situadas a poniente, que se alimentan de los aportes de arena del delta del río. Según el informe técnico, los espigones proyectados para acceder a la marina "actuarán como barrera total al transporte de sedimentos" y afectaría incluso a las playas de El Bajondillo y La Carihuela, en Torremolinos, ya que el Guadalhorce es la única fuente de sedimentos aún activa en el tramo costero comprendido entre el puerto de Málaga y Benalmádena . Además, Costas también considera excesiva la superficie de playa, terreno de dominio público, que ocuparán las obras del canal de acceso a la marina. El informe de este departamento contiene además la recomendación de que se realice una planificación previa sobre nuevos puertos deportivos que determinen las ubicaciones más idóneas. Además de la Marina Arraijanal, en Málaga existe otro proyecto de puerto deportivo en El Morlaco y la ampliación de El Candado.
Según explicó la concejal de Urbanismo, Olivia González, en el proyecto se van a introducir las modificaciones oportunas con las que espera que Costas lo dictamine favorablemente en un segundo informe que ya será vinculante. Anunció que el procedimiento administrativo es "muy largo", pues a la modificación de elemento debe seguir la redacción de sendos planes de actuación urbanística y parcial.
La concejal de Urbanismo dijo que "todos los informes salvo el de Costas han sido hasta ahora favorables". Sin embargo, ninguno de los tres dictámenes que obran en el expediente lo son.
Además de la Dirección General de Costas, también ha emitido informe desfavorable la Demarcación de Carreteras de Andalucía Oriental, que no considera adecuados los trazados de las rotondas de acceso al Parador Nacional de Golf y a la urbanización Guadalmar, ni el tratamiento a la carretera que conduce al campo de golf.
El tercer informe, de impacto territorial, fue encargado a la Dirección General de Ordenación del Territorio y Urbanismo de la Junta. De momento, este departamento ha contestado que "no procede valorar de forma aislada la incidencia territorial de la marina" y ha pedido al Ayuntamiento que incluya en la modificación de elementos del PGOU la valoración de la incidencia del conjunto del proyecto urbanístico en el sistema de ciudades, en el sistema de comunicaciones y transportes, infraestructuras o servicios municipales y los recursos naturales básicos. Sólo cuando estas consideraciones sean incluidas en el proyecto, la Junta pronunciará su dictamen.
La Marina de Arraijanal, sobre una superficie de 522.000 metros cuadrados y con una inversión estimada en torno a 20.000 millones de pesetas, es el proyecto más ambicioso del Plan Bahía, desarrollo urbanístico de la fachada occidental de la ciudad. Ha sido redactado por el arquitecto Ángel Asenjo, a quien el Ayuntamiento de Málaga encargó el proyecto del Palacio de Ferias y Congresos.
La modificación, pese a estos informes desfavorables, fue aprobada con los votos de los concejales del PP, que entienden que sí pueden iniciarse los trámites administrativos. Los representantes socialistas optaron por no pronunciarse y se han reservado su voto hasta que el asunto se vea en el pleno el próximo día 26. El edil del PSOE Francisco Trigueros mantuvo esta misma prudencia en sus valoraciones: "Creemos que el impacto es más negativo que positivo y no parece una buena propuesta", dijo. Recordó además que el espacio en Guadalmar ya está "muy estrangulado".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 19 de mayo de 2000