El Gobierno peruano se dispone a defender hasta las últimas consecuencias las elecciones objetadas por la comunidad internacional con medidas de emergencia en el frente externo. El primer ministro, Alberto Bustamante, inició una gira el martes en Washington que tendrá Madrid como segundo puerto, para luego continuar viaje hacia Tokio. Aznar recibirá a Bustamente mañana por la tarde, en el marco de una ofensiva diplomática emprendida por Lima para dar su versión del cuestionado proceso electoral peruano. Queda claro que el eje escogido lo marcan los países con los cuales Perú tiene mayores intereses tanto políticos como económicos. En el caso de España, fue el Gobierno peruano el que solicitó a través de la Embajada española en Lima, la cita con Aznar.
El candidato de la oposición peruana Alejandro Toledo, por su parte, estará en Madrid el lunes y será recibido por el presidente del Gobierno español, José María Aznar. Toledo regresará inmediatamente a Canadá porque "la reunión de la Asamblea de la OEA que se realizará en ese país es muy importante para nosotros", dijo el líder opositor.
Hasta la fecha ningún presidente de ningún país ha felicitado al presidente Fujimori por su cuestionada reelección, admitió el canciller peruano Fernando de Trazegnies. Aunque, añadió a modo de disculpa, tampoco ha habido una proclamación oficial.
El canciller peruano intentó, asimismo, bajarle el tono a la avalancha de comunicados y pronunciamientos de los diferentes gobiernos del mundo. "No son delegaciones oficiales, sino privadas, como puede hacerlo una empresa para promover cualquier cosa", dijo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 1 de junio de 2000