Vitoria, la capital que presume de tener una dimensión humana y alto nivel de vida, ha generado en los últimos meses una polémica que precisamente surge en su calidad de ciudad del bienestar. El uso de bicicletas en zonas peatonales ha originado fricciones entre Ayuntamiento, ciclistas y el propio Ararteko, que interpretan de un modo dispar la coexistencia no siempre armoniosa de este vehículo en las zonas peatonales del centro. El Ayuntamiento estudia cambiar la ordenanza municipal que, en contra de lo que dice la ley de Tráfico, permite circular en bicicleta por aceras y calles peatonales.
MÁS INFORMACIÓN
En el mes de marzo pasado, Xabier Markiegi, el defensor del pueblo vasco envió al Ayuntamiento de Vitoria una recomendación de oficio en la que mostraba la preocupación que existía entre algunos ciudadanos por la circulación de bicicletas y patines por las zonas peatonales de la ciudad, a gran velocidad y poniendo en cuestión la prioridad de los viandantes en estos espacios. En su misiva, el ararteko instaba al Consistorio vitoriano a que modificara los preceptos de la Ordenanza municipal de Circulación, que posibilitan el tránsito de estos vehículos por las zonas cortadas al tráfico y aceras, a velocidad superior a "paso de persona".Xabier Markiegi recordaba que el Ayuntamiento debería "actuar con el rigor necesario para evitar que estos usos sigan manifestándose". En su escrito destacaba que las bicicletas no deberían poder circular por recintos peatonales, "a excepción de que sus conductores lo hicieran a pie", como se establece en la ley de Tráfico de 1990 y en el Reglamento General de Circulación de 1992. Se trata de una percepción que es compartida "por los propios servicios municipales", que aconsejaron modificar los preceptos de la vigente ordenanza municipal.
De manera paralela, la asociación Gasteizko Bizikleteroak, que agrupa a los usuarios de bicicleta en ciudad salió al paso para impedir estas restricciones. "Nos oponemos a esta prohibición", indica Rubén Ziordia, portavoz del colectivo. "Puede haber, efectivamente, ciclistas que circulen de manera imprudente por el centro, pero la mayoría no lo hacen. Y si se aplica el mismo criterio a coches y peatones, resultaría que éstos infringen en mucha mayor medida las normativas de circulación", subraya.
Flexibilidad municipalEn medio de ambas posturas queda el Ayuntamiento. Miguel Ángel Echevarría (PP), concejal de Tráfico, reconoce que si el Ararteko dice que la ordenanza municipal vulnera la legislación general y se constata que es así, "habrá que hacer caso a sus requerimientos". Aunque considera que son pocos los ciclistas urbanos que hacen mal las cosas, el concejal admite que posiblemente no habrá más remedio que acomodar la ordenanza a la normativa general de circulación, "pero sin llegar a la prohibición que sugiere Markiegi".
Esta flexibilidad municipal en la interpretación de las normas conllevará un control más riguroso en los días festivos y en los horarios vespertinos, cuando son más frecuentadas las zonas peatonales y está prohibida la circulación de los vehículos de carga y descarga. "Es una cuestión de buena voluntad por parte de los usuarios de bicis y de los peatones", concluye Echevarría. La medida será propuesta en los próximos meses dentro de la Mesa de Tráfico en la que participan el Ayuntamiento asociaciones de vecinos y diversos colectivos para debatir los problemas circulatorios de Vitoria.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 4 de junio de 2000