El peligro de huelga en el sector público en Alemania, que hoy, jueves, hubiera paralizado los servicios básicos del país, fue conjurado provisionalmente, cuando los negociadores llegaron a un compromiso de última hora en la noche del martes al miércoles. El compromiso, que afecta a 3,1 millones de personas, contempla el aumento de los sueldos en un 2% a partir de agosto y en un 2,4% un año después.
Los salarios del Este de Alemania, que en la actualidad alcanzan el 86,5% del nivel salarial en el occidente del país, llegarán al 90% en el año 2002, tras un aumento progresivo en tres fases. En el Este (el territorio que constituyó la RDA), los empleados del sector público trabajan una hora y media más por semana que sus colegas en Occidente.Los negociadores sindicales, que representaban a los sindicatos de Transportes y Servicios Públicos (ÖTV) y el sindicato de empleados alemanes (DAG), esperaban ayer que sus respectivas organizaciones aprueben definitivamente el acuerdo la semana próxima.
Para que el acuerdo sea efectivo se necesitan los votos del 25% y el 30% de los afiliados a ambos sindicatos, respectivamente. En las bases sindicales reina gran malestar por el acuerdo alcanzado, sobre todo en lo que respecta a los empleados en el Este de Alemania, donde los trabajadores del sector público, encuadrados en organizaciones de carácter municipal, regional o federal, comprenden mal los argumentos sobre las diferencias en la productividad laboral en ambas zonas del país que se aplican sobre trabajos idénticos. Los sindicatos comenzaron pidiendo el 5%.
El presidente de la Oficina Federal de Empleo, Bernhard Jagoda, se manifestó ayer satisfecho de que no haya "ninguna huelga". En la localidad de Schwerin, Jagoda dijo estar a favor de igualar los ingresos entre el Este y el Oeste lo más rápidamente posible.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 15 de junio de 2000