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EL PRESIDENTE RUSO, EN ESPAÑA

La hora de la verdad para entrar en el mercado ruso

Tanto Putin como los empresarios con los que ayer desayunó -él no probó bocado- admitieron que el volumen actual de los intercambios comerciales entre España y Rusia y de la inversión española en ese mercado emergente no se corresponden con la importancia económica de ambos países y con las buenas relaciones políticas que mantienen los respectivos Gobiernos.La crisis de agosto de 1998 hizo las cosas aún peores, con un descenso de las exportaciones españolas del 40%, aunque las importaciones de Rusia crecieron un 20%. En cuanto a inversiones, España ocupa el lugar vigésimo, en claro contraste con países como Italia (tercero), cuyos empresarios parecen más dispuestos a asumir riesgos de entrar en un país complicado.

Putin prometió mejorar las condiciones para invertir en Rusia, y Miquel Nadal, secretario de Estado de Comercio Exterior, le hizo notar que, en los últimos 20 años, España ha convertido su economía en una de las más abiertas del mundo, ha pasado a ser exportador neto de capitales y ha experimentado un desarrollo tecnológico que le hace muy competitiva para colaborar en la modernización de la industria y el transporte de Rusia.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 15 de junio de 2000