Resistencias es un alegato contra la barbarie y la apuesta de 13 artistas por divulgar los horrores causados por las múltiples expresiones de violencia que ha conocido la historia reciente. El Koldo Mitxelena de San Sebastián reúne en la colectiva a un grupo heterogéneo de autores que muestran, mediante pinturas, esculturas, fotografías o vídeos, escenas "traumáticas, desgarradoras y violentas" que ocurren en el mundo. Es el arte al servicio de una causa: resistir a los horrores que sufre la humanidad.
Un gran mural del malagueño Rogelio López Cuenca con la inscripción Ningún ser humano es ilegal colocado fuera del recinto expositivo advierte del contenido de la muestra instalada en el Koldo Mitxelena (Urdaneta, 9). La exposición se inaugura hoy y pemanecerá abierta tres meses. Dentro de la galería, otros 12 artistas exponen sus visiones acerca de la "fascinación que ejerce en el público las expresiones de violencia", afirmó ayer el comisario, Antonio Zaya.Resistencias es un recorrido "desgarrador, traumático y violento" por un campo de minas en Sarajevo, la discriminación de géneros en el mundo árabe, el trauma civil del Perú, el problema del sida en África, las amenazas nucleares, la tortura o la colonización cultural entre sociedades. Zaya definió esta colectiva como "un ejercicio de resistencia ante la memoria oficial y colectiva, que presenta las expresiones de violencia como un entretenimiento general".
"Autopsia de nuestro mundo"
Esta "autopsia de nuestro mundo" presenta varios escenarios desoladores. El surafricano Kendell Geers cuelga de las paredes de una habitación las bolsas que se usan para enterrar a los muertos. La peruana Milagros de la Torre fotografía objetos que ha rescatado de los archivos secretos de su país.
El cubano Kcho ha creado una instalación compuesta por varios objetos (una patera entre ellos) desperdigados entre decenas de botellas vacías, que simbolizan la soledad del emigrante. Alma Suljevic es una buscadora de minas que ha hallado varias en Sarajevo, como se aprecia en un vídeo del que es protagonista. El nigeriano afincado en Nueva York Olu Oguibe ha pintado rostros anónimos que encarnan a las víctimas del sida en África.
El chino Cai Guo Qiang ha realizado una proyección cuádruple que es una metáfora del hongo que resulta tras una explosión atómica. La iraní con residencia en Nueva York Shirin Neshat se interesa por la discriminación de sexos en su país y el brasileño Ricardo Ribenboim, por la colonización cultural, simbolizada en una botella de Coca Cola que acaba explotando como un cóctel mólotov. También participan en la muestra el bilbaíno José Ramón Morquillas, el neoyorquino Rona Pondick, la parisina Sophie Ristelhueber y el israelí David Reeb.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 15 de junio de 2000