La plantilla de Astilleros de Cádiz (AESA) salió ayer de nuevo a la calle para reivindicar nuevas contrataciones y exigir a la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) que agilice la fusión con la compañía Bazán. En las vísperas de la fiesta de los juanillos, los empleados decidieron escenificar su enfado prendiéndole fuego a dos muñecos de trapo que simulaban ser directivos de la SEPI. Al margen de la puesta en escena de la protesta, los trabajadores de Astilleros han advertido de que radicalizarán sus acciones si no llegan respuestas pronto.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 23 de junio de 2000