La Bolsa española ha reaccionado después de cinco caídas consecutivas y a pesar de los ataques a la dirección de Telefónica. Los precios tienen un contenido intrínseco que permite obviar otras cuestiones, de ahí el éxito del chartismo, y a los inversores les pareció un buen negocio incrementar sus posiciones en la operadora española y en su filial Terra Networks, a pesar de todo. El mercado continuo negoció ayer 277.726 millones de pesetas, 1.669,17 millones de euros y entre las tres sociedades del grupo Telefónica sumaron el 51,18% del total.Con esta reacción, la bolsa española era la única en Europa que conseguía una subida, algo merecido después de superar a todas las demás en pérdidas en las jornadas anteriores, en parte por la evolución de la inflación, pero también por el temor de los inversores extranjeros a las constantes interferencias en la actividad de las empresas y del mercado.
La rentabilidad de la deuda pública subió ayer al nivel máximo de este mes, el 5,51%, en una orientación que también ha contribuido a la reciente debilidad de la bolsa. El índice de Madrid recuperaba ayer el 1,12% y se alejaba de la zona de mínimos anuales, de la que sólo le separaban cinco puntos. La Bolsa de Nueva York, por su parte, cerró con una caída del 1,16% en su índice Dow Jones y del 4,18% en el Nasdaq.
El euro siguió con su pérdida de valor ante el dólar y el yen, una vez constatada la negativa del BCE a mover los tipos de interés. El cambio oficial fue de 0,9405 dólares y el mercado cambió a 0,9350.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 23 de junio de 2000