La policía norirlandesa interrogó ayer al, de momento, único detenido por la explosión que el miércoles dejó heridos a un padre y su hijo en un barrio católico de Belfast. El sospechoso es un hombre de 30 años y fue detenido en la misma ciudad. La policía casi no ha aportado detalles sobre el supuesto atentado. Para reunir más pistas, los agentes esperan interrogar a los heridos (el padre tiene 50 años y su hijo, 30) sobre las circunstancias de la explosión. Ambos se recuperaban ayer de las heridas sufridas en cabezas y extremidades y de la intervención quirúrgica realizada en el hospital Royal Victoria, en Belfast. Otro elemento presente en las investigaciones es la amenaza del grupo paramilitar protestante Luchadores por la Libertad del Ulster de vengar los recientes ataques a casas protestantes de la capital norirlandesa. Su intención, según declararon un día antes de la explosión, es acabar con el alto al fuego que hace parte de las negociaciones de paz.
Por otra parte, un joven de 19 años fue ayer atacado por un grupo de ocho paramilitares en una zona católica de Londonderry, Irlanda del Norte. El muchacho tuvo que ser ingresado en un hospital por la gravedad de sus heridas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 23 de junio de 2000